sábado, 3 de noviembre de 2012

La estúpida Genoveva, perra sarnosa que ya tendré el alivio de azotar y de escuchar sus frígidos lamentos, de ver su piel levantarse en láminas de carne y sangre, de recibir sus súplicas y sus promesas de corrección que no aflojarán mi mano, ha escrito en la entrada anterior "gratos" en lugar de "gratis". ¡Todos los que son gratis no son gratos, boluda! De todas maneras, la equivocación me sirve para mostrar lo que es mi mayor virtud como narrador: la honestidad. Usted recibirá aquello por lo que paga, y si no paga, recibirá lo que sigue. Ahora sí: hasta mañana.

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